Crónica de la visita de la Hermandad del Rocío de Bruselas al Santuario de Ntra. Sra. del Corazón de oro




La Hermandad del Rocío de Bruselas realizó una visita al santuario de Nuestra Señora del Corazón de oro. Nos hace la crónica Mari Cruz Novoa.

Quiero compartir con vosotros uno de los momentos más importantes del año para la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Bruselas: la peregrinación anual al Santuario de Nuestra Señora del corazón de oro.

Como cada año, desde que inauguramos la primera etapa del Camino Europeo del Rocio, la Hermandad organizó una convivencia de fin de semana cuyo momento más importante fue la Santa Misa seguida de la procesión de la Virgen del Rocío, presente en nuestro Simpecado, para encontrarse con la Virgen de Beauraing.

Comenzó la convivencia ya en la tarde del día 1 de mayo, con la sucesiva llegada de los peregrinos y la apertura de la casa rural que serviría de Casa Hermandad durante el fin de semana. El primer acto de convivencia fue la cena compartida, con animada conversación y cante. Y con un momento muy entrañable: la celebración del cumpleaños del pequeño Alejandro: siete años ya, y de esos, cuatro con la Hermandad. Que no se diga que no hay juventud en nuestra Hermandad. "Cumpleaños feliz", soplo de velas, y todos a tomar un trozo de la riquísima tarta de chocolate o de la de nata. Felicidades otra vez, Alejandro.

Para los mayores, otro momento muy agradable que celebramos: el aniversario de bodas de Eduardo y María José; 28 años de casados, que su hija pequeña Sofía resumió en un precioso y emotivo discurso dando las gracias a sus padres por todo lo que le habían dado a ella y a sus tres hermanas. Y para todos: cava rosado, el que más le gusta a Maria José.

Al día siguiente, los peregrinos echamos a andar por el camino que une Thanville con Beauraing, a modo de camino de peregrinación. A nuestra llegada al Santuario cantamos todos muy sentidamente la Salve de Bruselas ante el azulejo de la Virgen de Pastora, ese que nos indica que aquí está la primera etapa del Camino Europeo del Rocío. Cuál no sería nuestra sorpresa y alegría cuando el Padre allí presente nos invitó a inscribirnos en el Libro de Oro de los Peregrinos de Beauraing, y además dio un diploma de peregrino a cada uno de los participantes en la marcha. También nos informaron de que acababa de llegar una reliquia de San Juan Pablo II al Santuario: un trozo de la túnica que llevaba el día del atentado de la Plaza de San Pedro.

Tras la correspondiente parada en Beauraing para descansar, comenzó la segunda parte del día: visita a una fábrica de cerveza típica de la zona. Además de aprender cómo se fabrica la cerveza Caracole y degustar diversos tipos, también descubrimos que el fabricante (Philippe) tenía una hija arquitecto viviendo en Sevilla. Visto esto, le invitamos a venir a nuestra Misa rociera en Beauraing. ¿Vendria? Para cenar el segundo día, una estupenda barbacoa preparada por Paco y Cecilio: pero qué arte que tienen los dos. Y de postre, tartas y cava: celebrábamos el cumpleaños de Carmen, la directora de nuestro magnifico coro, y que con tanta paciencia y maestría nos guía.

Y llegó por fin el domingo, el día grande de la peregrinación: Misa a las 12 seguida de procesión y comida de hermandad para todos los participantes. Comenzó la Misa con el canto de entrada y unas bonitas palabras de nuestra hermana Mayor recordando que Beauraing era la primera etapa del Camino Europeo del Rocío y que lo habíamos inaugurado hacía 15 años. Al término de la Misa, y cumpliendo con la tradición, cantamos la Salve de Bruselas al azulejo y le pusimos unas flores. Y ahí estaban Philippe y su ayudante de la cervecera, sin perder detalle, para luego seguramente contarle a su hija que habían asistido a una Misa rociera en Bélgica, ellos que habían visitado el Rocío en invierno.

Como jarreaba como solo sabe hacerlo en Bélgica cuando además hace viento y frío, decidimos ponerle el "impermeable" al Simpecado y al banderín, y hacer la procesión bajo los soportales del Santuario, hasta el lugar donde está la Virgen del Corazón de Oro. La lluvia no impidió que animados cantes acompañaran la procesión hasta donde pudimos hacer el encuentro entre las dos advocaciones de María Santísima unidas por el Camino Europeo del Rocío. Aprovechamos también para visitar la reliquia de San Juan Pablo II, que nos recuerda la visita del Santo Padre a Beauraing en los años 80, y que se encuentra en la Crypte de St. Jean en Beauraing, dentro de una pequeña urna circular de cristal y oro.

Tras la Misa y procesión, vuelta a la casa hermandad para la comida de convivencia. Comida con de todo, empezando por la estupenda barbacoa de la que se encargaron Cecilio, Marc y Hugo, y siguiendo con las ensaladas de Carmen, los canapés de Pepita, postre, café... Con el gran arte de Patricia a la guitarra acompañada de Victoria, Carmen y todo aquel que se apuntara. Desgraciadamente, todo lo bueno se acaba, y llegó el momento de recoger y dejar la casa.

Mari Cruz Novoa