La Patrona de Almonte aguarda en su paso a los rocieros que irán a postrarse a sus plantas




El 18 de mayo, el Santuario del Rocío abría sus puertas para mostrarnos a la Santísima Virgen del Rocío entronizada en su paso de romería, aguardando a los romeros que irán en pentecostés a postrarse a sus plantas.

Es uno de los momentos más esperados de cada año: la bajada del camarín de la Virgen del Rocío para ser subida al paso en el que realizará su procesión el lunes de pentecostés, procesión que se celebrará durante la madrugada del próximo 5 de junio.

Pero ésta otra madrugada, la del 18 de mayo, las hermanas camaristas han procedido a vestir a la imagen de la Virgen y a la imagen del Pastorcito Divino, con el traje y el manto de las Hermandades, obra de Joaquín Castilla y luciendo el conocido rostrillo de Muñoz y Pabón.

Entre las ráfagas que rodean a la Virgen, cabe destacar las flores escogidas para este año: amapolas y espigas verdes.

También prende de su vestido un broche que ha sido donado por una familia de devotos de Almonte. Dicho broche es una reproducción de la cruz de la espadaña y de la paloma del Espíritu Santo que se contempla en el retablo de la Virgen.

Desde hace varias semanas ha sido toda una expectación la espera de éste momento, que siempre intenta guardarse con el mayor celo posible por parte de Almonte, como ha venido haciendo durante siglos con las cosas de su venerada Patrona.

La entronización de la Virgen se ha producido a un día del comienzo de la novena que, en su honor, celebrará la Hermandad Matriz de Almonte, preparándose así espiritualmente para la gran fiesta del Espíritu Santo en el Rocío.