Las cosas como son

Me gustan muchos las cosas de mi pueblo, antigua Villa de Mures, ahora Villamanrique de la Condesa, y me gustan sus calles del centro, incluso las que están más lejos del centro, me gustan sus tradiciones, sus costumbres y su historia, pero de lo que más orgullosa siempre me he sentido es de lo que en Villamanrique se quiere a la Virgen del Rocío.

Nunca he estado conforme con algunas cosas en relación a la fe que este pueblo le tiene a la Virgen. La queremos mucho, claro que sí, pero me ha parecido exagerada la forma en la que muchos de mis paisanos han querido siempre defender ser los primeros en todo o en casi todo, porque creo que eso no es lo que realmente importa.

No se puede disfrazar la historia. Cualquiera de aquellas primeras Hermandades del Rocío, de la que sabemos vagamente, podrían ser llamadas las Primeras, y consideradas, porque lo son, las más Antiguas.

Últimamente han salido artículos en relación a este tema, y mucho me temo que se debe a esa especie de “pique” que no sé por qué ni de dónde viene, y que se empeñan en mantener muchas personas.

Las cosas que deberían importarnos a todos, seamos de donde seamos, es la defensa de nuestra fe, el fomentar los valores de esa fe que le tenemos a María, que para nosotros es Rocío, y el que cada vez sea más gente la que se quede prendada de la Santísima Virgen. El resto de cosas, sinceramente, tendrán importancia por lo que al conocimiento de la historia de esta devoción se refiere, pero no le demos más importancia de la cuenta, que se quiere indagar demasiado en papeles y poco en los corazones.

A mí ya me cansa el tema. “Que si yo la quiero más, que si yo la encontré, que si yo yo yo…”

Todo el mundo sabe que Villamanrique es un pilar importantísimo en la historia del Rocío, eso es así, las cosas como son. Pero de ahí a seguir esa disputa absurda, no me parece bien. La queremos como la pueden querer todos los rocieros que la quieren de verdad. Y eso es lo que más vale, que pasarán siglos y nosotros seguiremos necesitándola y yendo a verla tantas veces como podamos, a nuestro querido pueblo vecino de Almonte que con su Hermandad Matriz al frente mantienen viva la semilla rociera.