Rociero es el que vive el Rocío

Existe una cara del Rocío de la que los rocieros evitamos hablar, pero que está ahí y nos hace mucho daño. Es esa parte que no nos gusta porque la mayoría de los que vamos a la Romería no participamos de ella tal como la pintan.

Cansa mucho que se juzgue a los rocieros por aquellos que van al Rocío para vivir una fiesta completamente aparte de la que nos da la Romería. Son los que no van a la Ermita, los que consideran el Rocío solo una feria, los que no se plantean si hay Rosario o Misa y dan una imagen basada en lo más mundano.

Para mí los rocieros no son los que van al Rocío sino los que viven el Rocío. Ir al Rocío puede hacerlo cualquiera, puesto que es un lugar lo mismo que otro y como tal puede visitarse. Pero vivir el Rocío es otra cosa. Para mí los rocieros son los que sienten un gran cariño y respeto por la Madre de Dios y le tienen su cariño especial a la Virgen del Rocío, que es a la que vamos a ver cuando llegamos allí.

Son los que están en los Rosarios que se le rezan a la Virgen, los que están en los cultos que se hacen, los que aprovechan para confesarse y les sirve como una preparación para sentirse limpios de toda mancha, antes de que la Virgen salga por su Aldea.

Eso es lo que a mí me gusta del Rocío, todo la parte religiosa que mucha gente no tiene ni idea de lo grande que es y que nosotros lo demostramos con la alegría, cantándole a la Virgen y bailando porque estamos allí con Ella, celebrando su fiesta que es preciosa.

A mí lo que me encantaría es que todo el mundo pudiera vivirlo y que se diera cuenta de lo que ayuda la Virgen Santísima.