Lo que para mí es el Rocío

El Rocío sin duda no es obra humana, sus connotaciones humanas y divinas trascienden a todo lo mundano, desterrando lo material, y a todos los humanos. Aquel que quiera comprender el Rocío debe dejar a un lado sus diatribas, y acercarse despacio con los ojos del alma, sólo así conseguirá encontrar el secreto que atrae hasta este rincón de Andalucía a tantos y tantos peregrinos. Yo desde mi humilde posición te contaré donde se esconde la magia que enamora mi corazón:

El Rocío es un Pequeño paraíso terrenal de aguas cristalinas, inmenso oasis en un desierto de guerras, odio e incomprensión. Sus raíces huelen a marismas rebosantes de vida, sus costumbres y tradiciones son un crisol de pureza, donde el alma se desprende de todo lo material buscando consuelo y refugio en una mirada tierna y comprensiva. Sus días transcurren en un eterno peregrinar, siempre embarcados junto a la Fe del corazón y abanderando la palabra de Dios, cada pisada y cada huella asientan los caminos polvorientos con plegarias calladas para volver a desvanecerse en un mar de entendimiento y comprensión.

El Rocío suena a mes de Mayo, con sus días desasiendo infinitos colores, arcoíris infinito donde su colorido encumbra la alegría del corazón, con la felicidad por participar y ser protagonista de una herencia que desborda solera y sentimientos. Semana de gloria, donde lo divino se hace humano, donde el amor y los sentimientos se erigen por encima de lo material, donde las personas dejan volar la imaginación, creando un mundo mejor, y se intenta borrar de la faz de la tierra tanto dolor y tanta avaricia.

El Rocío es el abrazo fraternal de un hermano, la mirada tierna de una madre, la caricia de un Amor. En cada beso encuentro la fuerza para continuar, en cada frase una palabra que me lleva al entendimiento, en cada sonrisa busco la felicidad perdida intentando encontrar un destello de amistad, detrás de cada puerta se divisa un horizonte de cordialidad que invita a la concordia y a la paz.

El Rocío da la bienvenida, bajo el azul intenso de un Cielo colmado de estrellas y luceros, mostrando a aquellos que abren su alma un rinconcito de Cielo, allí junto al Divino Pastorcito la mente encuentra calma y sosiego, mientras el cuerpo cura sus heridas, en aquellas benditas arenas encontrarás el camino recto y una nueva escala de valores.

El Rocío se encuentra en el interior de una ermita blanca, lugar bendecido por unas manos que reciben al mundo con sencillez, lugar donde anida una sonrisa que ilumina un nuevo Mundo, esperando con paciencia para envolver cada corazón con un halo de consuelo. Junto a una reja de amores, refugio del peregrino, miles de sentimientos se arrodillan, dando rienda suelta a un sinfín de emociones descontroladas.

El Rocío son unas manos cándidas que atrapan con sencillez y dulzura, el alma de aquel que se acerca buscando respuestas a tantas y tantas preguntas. El Rocío es la luz de unos ojos que regala miradas de Amor y el calidez anunciando nuevas esperanzas.

El Rocío es Ella, y sólo Ella, mi querida Madre, la Santísima Virgen del Rocío.

Acércate con el Alma,….. y deja volar el corazón.