Ponerse en sus manos funciona

Durante toda la romería no he parado de preguntarle a la Virgen “Madre ¿qué quieres de mí?”. Es una pregunta que le hago en cada instante de mi vida desde aquel día de marzo de hace tres años y Ella, me va dando respuestas. Unas veces al instante, otras veces he de esperar pacientemente cualquier tipo de señal, pero siempre me responde.

Pongo mi vida en sus manos ¿en qué mejores manos puedo estar?. Este año, era el primero que vivía en Hermandad la romería. No iba a ser así ¡bien lo sabe Ella!, sin embargo, ¡qué dicha más grande Rocío!. Sabías que era mi sitio este año y todos los que Tú quieras. Me ha encantado caminar por los Llanos con mis hermanos, apretando el brazo del que lloraba, ofreciendo el mío para el que caminaba agotado, cantarte hasta quedarme sin voz, rezarte el rosario entre olor a romero, comer en Hermandad sentada al cobijo de los pinos…Me ha encantado servir a los hermanos en esa comida del sábado con el patio a rebosar de gente…Me ha encantado presentarme ante Ti y Tu Hijo el sábado por la tarde llevándote los rumores de mi río Tajo hasta tus plantas…Me ha encantado asistir a la Misa Pontifical y recibir al Pastorcito Divino en mi corazón en la comunión…Me ha encantado luchar porque la luz de mi vela no se apagara en ningún tramo del recorrido del Rosario y elevar un Ave María por cada uno que lo necesita…Me ha encantado seguirte y que me siguieras toda la noche en tu procesión ¡pues sabes lo que para mí significa estar contigo esas horas!...Me ha encantado recibirte en mi simpecao y que permanecieras conmigo como quiero que permanezcas en mí y en todos los que quiero…¡¡¡Gracias Madre Mía!!!.

Dice la sevillana que “aunque me veas llorando, no me lo tengas en cuenta, porque te vienes conmigo, por el camino de vuelta”…¡Vaya que te has venido!. El domingo celebramos el fin de curso de catequesis con una misa de campaña y una capea. Cuando las dudas me asaltaron también lo puse en tus manos y me dijiste “¡Adelante!” y como Hija que a veces se rebela pero otras sigue los consejos de su Madre, me lancé a la aventura de catequizar y ahora, meses después ¡la catequizada soy yo!. ¡Gracias Madre Mía por ese regalo que me has hecho con los niños, con mis compañeras, con la gente que colabora en la parroquia y con mi párroco que sabes lo muchísimo que vale!.

Toledo ya está adornado para la Fiesta del Corpus, ya tiene toldos en sus calles para que sean sus callejuelas palio para la Custodia. Y también estarás en mi simpecao.

Sabes que tienes muchas preguntas en tus manos y aquí estoy, esperando tus respuestas. No tengas prisa Madre, ya no soy la que quiere inmediatez en tus señales, espero paciente lo que para mí tengas preparado. Como hija tuya que soy antes que nada, sólo espero que guardes todas estas cosas y las medites en tu corazón.