Mi herencia

Hay quienes piensan que la herencia que obtendrán de sus mayores será material, ellos podrán vivir holgadamente en un mundo cubierto por un velo donde sólo es más el que más tiene, y no el que más siente.

Sin embargo en mi caso ya he recibido la Herencia de mis Padres, esta se escribe con mayúsculas, y puedo disfrutarla en unión de ellos. Ellos me han legado el Rocío, su Rocío, el Rocío que también heredaron de sus mayores. A su vez y por ende he recibido de las manos de ellos uno de los bienes más preciados, la Amistad de sus amigos.

Ellos a su vez no se han limitado a ceder tan sólo este bien preciado a sus hijos, lo cual dice mucho, sino que lo han transmitido a sus amigos, y estos a su vez a sus hijos.

Todos ellos tuvieron la suerte de vivir el Rocío en Hermandad y juntos descubrieron la verdad del Rocío. Hoy soy yo el que tengo la suerte de compartir tantos y tantos momentos por los caminos, incrementando sus recuerdos con mi presencia.

Mi Herencia cada día se incrementa más y más, nunca se agota, no tiene fin, no se cuantifica con números sino con sentimientos. No se encuentra encarcelada entre las paredes de un Banco, sino que vuela por los confines de Andalucía y de España, girando en torno a una Ermita.

Mi Herencia se forjó hace Siglos a partir de una dulce mirada y la inocencia de una sonrisa, con el devenir de los tiempos se ha ido adaptando a los cambios, aún quedan muchos por llegar, unos mejores otros menos buenos, pero la esencia sigue siendo la misma.

Me siento privilegiado y agradecido, a la vez que siento una inmensa responsabilidad por y para mis futuros hijos y amigos, para que ellos encuentren lo mismo que yo recibí, espero engrandecer esta Herencia con mis vivencias, llenarla de amistad y de sentimientos, para el día de mañana poder entregarla limpia y pura, tal y como yo las recibí.

Mi corazón trabaja duro, mi alma vuela alto. La Virgen guía mi camino.