Esos días “tontos”



Los días llamados “tontos” son esos que nos ponen algo melancólicos, parece como si todo se nos volviera gris y en lugar de encontrar una baraja de soluciones sólo nos centráramos en los obstáculos y las dificultades del camino.

Es como si en una espiral sólo mirásemos hacia el centro pero fuésemos incapaces de vislumbrar el borde, el exterior, la luz, porque damos vueltas hacia la parte estrecha del embudo.

Conforme andamos el camino al revés salimos otra vez a flote. Si algo nos lleva por una vereda equivocada no hay más que retomar la senda, sin desandar lo andado, pero siempre hay un atajo en el momento oportuno que nos devuelve al camino correcto. Cuando regresamos a ese punto volvemos a respirar con alivio, descansamos tranquilos y recobramos las fuerzas que se pierden en esa otra fatigosa travesía por la que toda persona pasa alguna vez y que conducen al desánimo y el descontento.

En esta parte es donde aparece la Fe que te recuerda interiormente que puedes recuperar la confianza en ti mismo si eres capaz de permanecer fuerte en Dios.

Y es que nada podemos solos. Incluso para llegar a Dios, es mejor si lo hacemos acompañados, por eso los rocieros necesitamos tanto de la compañía de la Virgen del Rocío cuando queremos que Él nos escuche.

En esos días “tontos” hay que ir a Ella y, una vez llegados a su regazo, no separarnos por nada del mundo. Aguantar a su lado sin desfallecer, confiar en su consuelo y esperar que su intercesión ahuyente los miedos que nos superan. Después todo vuelve a la normalidad, pero fortalecidos por la que cada día vuelve a nosotros sus ojos misericordiosos.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es