Porque somos tuyos y tú de Almonte




No cabe la menor duda de que Almonte es de la Virgen del Rocío, y la Virgen del Rocío es del pueblo de Almonte. Esto es una verdad como un templo, como vienen escribiendo los renglones de la historia, desde que se convirtiera en Norte y guía de los almonteños, de sus tierras y de sus gentes. Como lo enseñaron antes los padres, y los abuelos, y los bisabuelos, como lo han aprendido los hijos, y los nietos y los bisnietos, como pasa de una generación a otra sin que quede un solo resquicio para la duda.

La Virgen del Rocío llegó para quedarse para siempre, para que se conociera en el mundo la fuerza de su intercesión poderosa y fiel, de Madre protectora, de centinela incansable. Y su pueblo también ha querido ser suyo para siempre, así lo dicen cuando hacen el voto de promesa, desde hace doscientos séis años, para siempre jamás, cada mes de agosto.

Va a celebrarse un nuevo Rocío chico, dejando para las retinas de los ojos y del corazón estampas que expresan la fe de un pueblo que se tomó muy en serio extender al mundo el amor por su Patrona.

Da igual cuántos se acerquen de otros lugares, pues todos serán bien recibidos, todos encontrarán una puerta abierta, un rincón cerca de la Virgen para poder contemplarla en un momento de oración, una palabra amable, un gesto de complicidad, una mano amiga, una casa que acoge…

Pero Almonte es de la Virgen del Rocío y la Virgen del Rocío es de Almonte y desde ese sentido de pertenencia profunda, de intimidad cotidiana, de cercanía absoluta, es mucho más fácil recibir a todo aquel que esté dispuesto a que la mirada de la Reina de las Marismas les transforme la vida para siempre.

El año que viene, y el siguiente, y el otro... Se repetirá el Voto de acción de gracias y Almonte cumplirá su promesa de no faltar jamás a esta cita, la de su Madre, la de su protectora, la de su patrona, la de su Virgen. La que sabe que Almonte es suyo y por eso lo quiere con amor infinito, y este año, además, estará marcado por el traslado de la Virgen a su pueblo, donde reinará para desbordarlo de su gracia y de todo bien.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es