Si un día no pudiera recordar




Hoy, día mundial del alzheimer, quiero tener muy presentes en mi editorial de este día a las personas que padecen esta enfermedad.

No quiero ni pensar qué sería de mí si un día perdiera la memoria, y se me olvidaran los recuerdos que mantienen vivos a seres queridos que se me fueron, a momentos que por nada del mundo desearía dejar de retener, a frases, sonidos o incluso olores que me hacen viajar en el tiempo para regresar a lugares concretos con personas concretas en las mil situaciones que la vida me ha presentado.

Si un día no pudiera recordar, quisiera que tú no te olvidaras de lo importante que fuiste en mi vida, ni de las veces que, aún sin verbalizarlo, te estaba diciendo “te quiero”, a mi forma, con detalles, con pistas en mi modo de actuar, de ser y de estar.

Si un día no pudiera recordar, recuerda las veces que reímos y lloramos juntos, las confidencias que guardamos, el respeto que nos tuvimos y la parte buena de mi corazón.

Quiero con estas pocas palabras abrazar a aquellos que ahora viven sin sus recuerdos, y también a los que se emocionan cuando un padre, una madre, un hermano, que sufre alzheimer, pronuncia su nombre como por azar. Por los que son incapaces de dejarlos solos y los abrazan para hacerles sentir cuánto los aman.

Los pongo a todos en las manos de la Virgen del Rocío, suplicándole a Ella que los estreche entre sus brazos, que los acurruque con su manto, que los proteja con su mediación y con su amor de Madre.

Ellos no recuerdan, pero esa Blanca Paloma de paz, que nos traslada con su mirada el amor infinito de Dios, no se olvida de ninguno de ninguno de sus hijos.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es