No dejes que te engañen




Hay circunstancias de la vida, situaciones y momentos que nos hacen sentir más vulnerables. Nos sentimos indefensos y creemos que ya no se puede hacer más por salir de ello.

Pero cuando estamos con la soga al cuello, no podemos dejarnos arrastrar por la desesperación, hay que mirar más alto, tomar aire, y salir victorioso de la batalla.

Hoy día, hay miles de libros de autoayuda que te prometen la felicidad y el cambio radical. Se pierde la cuenta del número de personas que se han erigido en expertos en técnicas de relajación, cobran grandes cantidades de dinero para que asistas a sus eventos masivos y, cuando terminan, te das cuenta de que son teorías que ya se conocen, con rostros y voces distintas, actualizadas a las necesidades actuales pero poco más. No dejes que te engañen.

De pronto, cualquier persona se autoproclama “coach”, (sin pasar por la formación adecuada, reglada y profesional correspondiente para poder trabajar como tal), y salen de debajo de las piedras como de los nidos de hormigas: Coach emocional, coach laboral, coach deportivo, coach personal, coach para grupos… Te ofrecen el oro y la gloria a cambio de tu dinero y, para curarse en salud, te dicen que la eficacia depende solo y exclusivamente de ti.

Respeto profundamente a los profesionales del sector, que los hay, entre los que tengo a grandes amigos y muy buenos, por cierto. Pero me apena cuando aquellos que no tienen idea de qué va esto, al escuchar la palabra –relativamente nueva-, se apuntan al carro aprovechándose de personas en situaciones delicadas que se agarran a un clavo ardiendo para ver la luz.

Respetando a los profesionales, yo quiero añadir hoy una cuestión importante que se nos pasa por alto y que está ahí aunque queramos darle la espalda: Dios es el único capaz de llenar nuestros vacíos, de sacarnos del fango, de hacernos renacer. Nada podemos hacer solos. Nada podemos sin Él.

Independientemente de nuestras creencias, seamos cristianos o no, rocieros, cofrades, budistas… Sea cual sea nuestra religión o, incluso siendo ateos y agnósticos, la fe es la base fundamental para echar a andar cualquier proyecto, ya sea un proyecto personal, familiar o profesional. Sin fe no podríamos dar un paso. Nuestras capacidades, nuestros dones, nuestras acciones, están movidas por la fe y la confianza con la que pensamos, hablamos y actuamos.

Llámalo como quieras, pero en el fondo de tu ser sabes que no estás aquí por azar. Eres fruto del amor y de la fe que proviene del amor y Dios es amor. Por eso, es necesario, más que necesario, imprescindible, volver a nuestra raíz, a nuestros cimientos, y dejarnos levantar por la mano poderosa que nos creó.

Para no soltarnos de esa mano están las manos de nuestra bendita Madre del Rocío, que nos llevan hasta Jesús, que es salvador, guía, maestro, redentor, misericordia… En Él confluye cuanto necesitamos para sentirnos sanados de la profundidad de nuestras heridas del alma, a la que podemos llegar ayudados por un psicólogo o por un coach, pero sin Él, sin fe, no hay profesional que logre acabar con esos vacíos, porque en Dios está la verdad.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es