En alerta naranja por viento, frío y agua




Desde ayer vienen diciendo desde distintos servicios meteorológicos que varias provincias de Andalucía estaremos desde mañana en alerta naranja por fuertes vientos, frío y lluvia abundante.

Las alertas suelen anunciarnos, casi siempre, de fenómenos climatológicos adversos, o de posibles epidemias por enfermedades, o de peligros de extinción o de excesiva población de algunas especies, o de plagas… Podríamos enumerar cientos de motivos para cientos de alertas.

Nadie nos alerta de valores casi desconocidos para muchos, como el respeto, la educación, la tolerancia, que también parecen estar en peligro de extinción, aunque tantos los mantienen vivos. No se nos alerta de la importancia que supone vivir sin amor, de lo peligroso que es fomentar y amasar el rencor dentro del alma, de lo fuerte que puede llegar a ser el huracán de la avaricia y la envidia, de las heridas tan profundas que pueden causar las críticas y las humillaciones hacia los demás.

Son alertas que, en lugar de color naranja, deberían estar siempre en rojo, para que no se nos olvide que, de adueñarse de nosotros, podrían causarnos una muerte espiritual, un empobrecimiento del alma, una aniquilación de lo verdaderamente importante que terminarían por hacernos sentir vacíos y sin rumbo a ninguna parte.

Hoy, amigos lectores de periodicorociero.es – Periódico Digital Rociero, estamos por estos lares en alerta naranja por viento y agua. Yo quisiera pedirle al viento que actúe hoy como escoba, para que barra aquello que ensucia nuestros corazones, que se lleve con sus fuertes soplidos las escamas de la apariencia, la mentira, la soberbia y la incomprensión. Que ahuyente nuestros miedos y recobren los ánimos las personas que están abatidas y sin fuerzas.

Le pido a los rocieros que nos dejemos sacudir por el viento, para que vivamos la pascua como una nueva oportunidad de ser mejores. Que el viento haga caer aquello que nos lo impide, que no escondamos la cabeza bajo el ala para eludir responsabilidades y tener siempre la excusa perfecta para culpar a otros, y no reparar en nuestros propios errores.

Pero no solo el viento es hoy protagonista, también el frío y el agua nos advierte de su bravura, capaz de removerse en el mar para levantar sus olas sobre la tierra, capaz de borrar, de eliminar del mapa las cosechas y sus frutos. Pero el agua, para el cristiano, es purificadora, tanto como lo es el Rocío con el que cada mañana se ven sorprendidas las flores y los árboles, igual de transparente que el corazón de Dios que nos quiere transparentes y sin tapujos a cada uno de nosotros.

Los rocieros somos privilegiados de la advocación mariana a la que veneramos, somos afortunados con la presencia de María en nuestras vidas que, como Virgen del Rocío, como Virgen de Pentecostés, nos recuerda que “hay que nacer del agua, del Espíritu de Dios” y para eso, para ayudarnos a conseguirlo, está Ella como conocedora de la fuente a la que debemos ir.

Estamos en alerta, rocieros, pero en alerta de fe, en alerta de esperanza, en alerta de de caridad.

No seamos maravillosos en una semana de romería, seamos maravillosos porque, a lo largo del año, seguimos andando el camino, profundizando en nuestras raíces cristianas, meditando en la esencia del mensaje del Pastorcito Divino: el Amor. Y con ese amor en las manos, seamos consecuentes con lo que pensamos, decimos y hacemos, porque de no estar en acción el amor, entonces sí corremos serio peligro de no haber entendido nada.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es