Viviendo el año de la fe




En este día de enero del nuevo año 2.023, quiero recordar la editorial que se publicó en Periódico rociero en noviembre de 2.012, con motivo de la proclamación del año de la fe, por el Papa Benedicto XVI. La rescato por la importancia de la fe en nuestras vidas, sobre todo en estos tiempos en los que todos tenemos que agarrarnos a las manos de Dios y de la Virgen para que, una vez más, nos salve de todo peligro.

Ha comenzado un capítulo hermoso en la historia de nuestra Iglesia que inaugura el Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, -justo cuando se cumple el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II-, y que culminará el 24 de noviembre del próximo año 2013.

La Fe merecería diariamente un editorial en éste o en cualquier otro Medio de Comunicación, sobre todo ahora que tantas personas se sienten más cerca del naufragio que de la orilla. Pero es cuando se está en esa cuerda floja cuando, curiosamente, se mueve profundamente el corazón de cada persona que busca auxilio en el que tiene auténtico poder para socorrernos.

Pese a ese eco de pesimismo que sobrevuela una y otra vez sobre nuestras cabezas, aturdiéndonos los oídos con palabras que quisiéramos que no tuvieran nada que ver con nosotros, como crisis, recortes, pobreza, hambre, desahucios, embargos… Dios nos sacude el corazón y nos dice: “no se te olvide que yo soy Dios y soy yo a quien no puedes dejar de lado, es a mí a quien tienes que venir ahora y a quien deberías haber venido antes. Soy el que busca de ti la Fe en mí”.

Se inauguró el Año del año de la Fe y desde periodicorociero.es - Periódico Digital Rociero, queremos expresar nuestra gratitud por este gran regalo, porque así recibimos este periodo de Gracia que nos puede servir para profundizar en nuestras raíces como cristianos y seguidores del Pastorcito Divino y para fortalecer esa Fe que profesamos a María Santísima del Rocío cuando en Ella buscamos que nos acerque más a su Hijo.

No tengo la más mínima duda de que “la Fe mueve montañas”, por eso me gusta tanto escribir sobre la Fe y tener esta palabra en mi vocabulario más habitual y cotidiano, porque no solo no me avergüenzo de Aquel en quien creo, sino que me enorgullezco de tener a Jesucristo como Maestro y Señor, porque la pido a raudales para conseguir mover con ella aquello que a veces me parece un muro de plomo y que, de tener una Fe firme y robusta, habría pasado a tener el peso de una pluma.

Año de bendiciones el que, sin lugar a dudas, la Virgen del Rocío nos regala con su estancia en el pueblo de Almonte, con la celebración del Año Jubilar Rociero y con la coincidencia de que éste sea también Año de la Fe, un tiempo para que dediquemos los cinco sentidos a estrechar nuestros lazos con su Divino Hijo.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es