La Reina de las Marismas pastorea nuestras vidas




Acabamos de recibir un Año nuevo. Hoy se cumple su décimo quinto día. Pasaremos algún tiempo todavía deseándonos felicidad. Pasada esta primera quincena parece que todo empieza a regresar a la normalidad.

Por increíble que pueda parecerle a muchas personas, siempre hay motivos por los que dar las gracias, yo lo hice antes de decirle adiós al 2022. La gratitud, el ser agradecidos es lo que atrae nuevas Gracias y nuevas bendiciones, y estoy tan convencida de que van a llegar, que quise llenar mi corazón de gratitud.

Por increíble que parezca, a pesar de los pesares, a pesar de lo mal que lo puede estar pasando tanta gente, todavía queda espacio para la esperanza y eso es lo que yo os deseo a todos: a mi familia, a mis amigos y a la gente a la que quiero con locura, que no nos falte la esperanza, que este nuevo año, recién estrenado, nos traiga salud de roble para que recibamos el trabajo que viene a manos llenas para los que lo esperan, que la Virgen del Rocío nos alimente la fe, que justo cuando las aguas se vuelven bravas debe ser más fuerte que nunca, que repartamos amor, porque solo de lo que se da es de lo que se recibe, que la paz sea lo que sembremos en el corazón y entre los que tenemos cerca para que se contagie a los de lejos, que con la salud llegue todo lo demás que anhelamos con todas las fuerzas de nuestro corazón y que con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos, desde el primer segundo del nuevo año y hasta que concluya, se nos note que somos rocieros y que es la Reina de las Marismas la que pastorea nuestras vidas.

Por increíble que parezca, abracémonos con la oración, ese va a ser el mejor de los abrigos para sentir el calor de nuestros corazones unidos.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es