Febrerillo el loco, febrero revoltoso




Rescatamos hoy esta editorial del mes de febrero del pasado año 2.021, para que no olvidemos tan a la ligera todo lo vivido y para que la esperanza siga viva en todos nosotros como una enorme ascua de luz fortaleciendo nuestra fe.

Estrenamos día, semana y mes y como todo lo que empieza volvemos ahora a pensar en que febrero nos ofrezca mejores noticias, mejores imágenes y mejores momentos de las que enero, que ya se marchó, nos ha ofrecido.

Cuando despedíamos al 2.020, muchas fueron las esperanzas de que el 2.021 empezara con fuerza, y viniera a ser el premio a nuestros anhelos de salud, tan castigada a nivel mundial por la pandemia.

Pero se fue el año y el primer mes nos ha dejado un aumento desolador de contagios, catástrofes, terremotos y situaciones impensables en el siglo que vivimos, tan avanzado en todo, y tan vulnerable.

Ha llegado “febrerillo el loco”, el mes con más refranes, del que yo recuerdo uno: “Febrero el revoltoso no pasó de veintiocho; si treinta tuviera, nadie con él pudiera”. Y aunque sea conocido como loco y revoltoso, también es un mes de luz y de salud, por las dos advocaciones marianas que en él se celebran: Candelaria y Lourdes.

Y no quiero que mengüe mi esperanza, sino todo lo contrario. Quiero que la Virgen del Rocío aumente mi fe y sea un río que anegue de salud a todas las personas que tanto la necesitan. Que lo mismo que ha entrado con fuerza la pandemia, también con fuerza se vaya y la salud venga a reinar para devolver la luz a los corazones sombríos y a las almas sumidas en la tristeza por la complicada situación.

Deseo con todo mi corazón que cada día de este febrero que hoy comenzamos esté cargado de entusiasmo, de proyectos que puedan cumplirse, de puertas abiertas a etapas mejores, de gracias y bendiciones y que la luz y la salud se repartan, por igual, entre todos.

Lo dejo, como lo dejo todo, en las manos de la Virgen del Rocío. Se lo confío, como siempre lo hago, porque creo que su intercesión es tan certera como el aire que respiro, porque si Ella ruega todo llega a puerto seguro.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es