Futuras Hermandades filiales




Este año 2.023, Periódico digital rociero está celebrando su décimo cuarto aniversario. Por ese motivo, hemos seleccionado diversas editoriales que, a lo largo de este tiempo, y en diferentes épocas, tiempos litúrgicos, o centradas en acontecimientos concretos, se han venido publicando en nuestro medio, para recordar con nuestros lectores. Y esta es una de ellas, y fue publicada el día 11 de DICIEMBRE de 2.023. Como siempre, con el deseo de que sea de vuestro agrado.

Futuras Hermandades filiales

Cada mes de diciembre, antes de enero, se desata un nerviosismo feroz, dentro de los corazones de aquellos rocieros que forman parte de una gran nómina de Hermandades canónicas que aguardan pacientemente, año tras año, la comunicación de haber sido elegida Hermandad filial por la Matriz almonteña.

Actualmente, son 125 las Hermandades que ya gozan de este ansiado título, tal vez el más anhelado por todas y el que, casi todos los años, nos alegra por el crecimiento de la familia rociera -por las nuevas que entran-, y nos pega un pellizquito en el corazón por otras a las que les toca seguir esperando.

A veces, me preguntan cuál me gustaría que entrara… Pues, verán ustedes. Confieso que siempre he intentado con mi pensamiento “barrer para casa”. No me lo tomen a mal. Cada vez que se acercan estas fechas he pensado, antes que nada, en las Hermandades que están más cerca del Rocío, en esas que forman parte de lo que por estos lares de Andalucía llamamos popularmente “el triángulo”, refiriéndonos a las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla. Pero resulta que tengo la enorme fortuna de conocer muy de cerca a Hermandades que quedan más retiradas de ese “triángulo”, unas son andaluzas, y otras de distintas regiones y comunidades. Hermandades de las que sé el esfuerzo, el trabajo y la constancia que hay en su día a día.

No quisiera, por nombrar a unas, que pareciera que estoy desmereciendo a otras. Nada más lejos de mi intención. En abril de 2017 fui pregonera de la Hermandad del Rocío de la Estrella, de Madrid. Por nada del mundo me pude imaginar lo que son capaces de mover para que un acto tenga participación, para que una parroquia conozca la devoción a María Santísima del Rocío, para que existan lazos muy bien anudados entre el resto de las Hermandades rocieras de la comunidad, las que están cerca de Madrid, así como con las Hermandades de gloria y penitencia.

Fue para mí toda una lección de humildad y de amor a la Virgen.

Ellos, los rocieros de la Estrella, como los de Madrid Sur, o los de Segovia, o los de las Rozas, o los de Móstoles, o los de Moratalaz y tantos, tantos otros, sin ser todavía miembros de Hermandades filiales, trabajan el triple que cualquiera de las demás que tenemos la suerte de estar a media hora o dos horas de camino hasta la Aldea.

Es impresionante cómo agudizan el ingenio para la organización de cientos de actividades que, por una parte, sigan haciendo crecer la semilla rociera en sus respectivas zonas, por otra, contribuyan a sufragar algo de los gastos que supone desplazarse para una distancia tan grande y así favorecer que pueda ir el mayor número de hermanos, y por otro lado cómo cuidan al detalle la formación; más que al detalle, al milímetro, porque no se juegan que alguien pueda entender de manera equivocada algo tan grande como el Rocío, como el amor a la Virgen del Rocío y, madre mía, de qué forma la aman.

Ya hemos sabido que este año, como consecuencia de la situación que atravesamos por la pandemia del coronavirus, no habrá nuevos nombramientos de Hermandades filiales por parte de la Matriz, que es a quien corresponde la concesión de este título, y que escudriña con alma, vida y corazón, los detalles que las que están a la espera cosechan: Años de fundación, trabajo, línea que siguen, momentos que han superado, retos que aún tengan que superar… Difícil y admirada tarea para la Hermandad Matriz de Almonte, pero a la vez hermosa por seguir abriendo las puertas de par en par. De haber filiales, el próximo año, -¡ojalá!-, tampoco sabemos si será solo una, o serán dos, tres… ¡O si por fin tendremos la sorpresa de que entren unas cuantas de una vez! Algo que no es tan descabellado, pues en la década de los años 80, hubo hasta cuatro Hermandades que entraron el mismo año.

Nada de eso sabemos todavía y, de momento, nos toca ser pacientes de cara ya al año que viene, pero hoy quiero enviar mi abrazo a todas las Hermandades que no son filiales, que están viviendo el nerviosismo propio de la espera, del no saber qué ocurrirá. Un abrazo de cariño, de respeto y de agradecimiento por ser testimonios del Rocío que nace y que crece. De un Rocío vivo por el que ellas se desviven.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es