Transformación

En ocasiones se pierde la senda y te encuentras en un paisaje distinto: el verdor de los pinos, con su reconfortante sombra entrelazada con los eucaliptales que delimitan el camino, al que se une el aroma de los romeros que siembran el campo por doquier. El frescor de los humedales y el reverberar de los lucios transparentes, sólo alterados por el revolotear de alguna de las innumerables aves que pueblan el espacio y que se balancean con la suave brisa que acaricia tu rostro, llenándote de Paz y Amor, dimensionando tus sentimientos y dulcificando tu espíritu.

Tormentas en el horizonte anuncian con sus negras nubes cargadas de agua enlodazada, vientos huracanados, piedra y fuego, el desastre de tan bello paisaje.

La metamorfosis de la alegría en pena, llanto y dolor; la compañía en soledad, los colores se tornan cenicientos, reina la niebla y la oscuridad en un camino desolado y yermo, los troncos desnudos y retorcidos elevan sus ramas al cielo gris en actitud de súplica, mientras el árido camino serpentea entre negras rocas frías como el acero.

Caminas... Caminas... Ya que si paras en medio de este paisaje sabes que serías exterminado, devorado, eliminado y continuas agotado por el esfuerzo, con los ojos hundidos y los labios ensangrentados, a veces erguido, otras encorvado y las más arrastrándote.

Dentro de ti, no obstante, persiste una voz que te anima, que te insufla fuerza y hace que todo tenga sentido "CREE EN MÍ". "TE ESTOY ESPERANDO". "AL FINAL DEL CAMINO ME ENCONTRARÁS"...

La voz se hace más fuerte, casi ensordecedora, inmensa y el sonido se convierte en potente luminosidad, la oscuridad huye aterrada ante la intensidad del azul del cielo, las algodonosas nubes dejan espacio para que EL ROCÍO se derrame por doquier devolviendo la risa al paisaje y la Paz a tu alma, los colores explosionan y llevado en alas de golondrinas... Al final su mirada; SU MIRADA que se clava en tu corazón y se instala en tu alma.

Al final, Rocío, me das la vida.