Podemos cambiar el panorama




El panorama que nos ofrece la actualidad cada día, en ocasiones, es desolador. Desde las barbaries de las guerras, hasta las continuas masacres terroristas, sin dejar de pasar por un mapa político que descoloca al más vertical, cuesta convencer a cualquiera de que podemos salir adelante, de que todo va a ir bien, de que las cosas van a cambiar…

Y sí, sí que podemos cambiarlo con un poco de entrega, voluntad y mucho, muchísimo amor.

No es que todos mis días sean buenos, pero incluso de los días más grises intento sacar lo más positivo y, a veces, créanme, no es fácil, más siempre hay motivos que te hacen ver la luz donde solo parece haber oscuridad.

Hay que dejarse envolver por la esperanza, bañarse por el Rocío de la gracia y abandonarse en las manos de Dios, que jamás nos soltarían. Hay que luchar con la paz en el corazón, soplar al miedo con todas las fuerzas y expulsar del alma lo que nos empequeñece. Hay que tener fe, pero fe con todas las consecuencias, sin medias tintas ni mediocridades y, sea cual sea la montaña que estemos subiendo, la rampa por la que parece que no podemos avanzar, el camino pedregoso y árido que estemos atravesando, apretar fuerte la mano de la Virgen del Rocío, cerrar los ojos y decirle, “lo que yo no puedo, lo puedes tú, confío en ti”.

En esos momentos se siente el poder de su intercesión y su fuerza como abogada nuestra, se siente que es la Madre que conoce el fondo de nuestras entrañas y se experimenta el amor con el que riega cada segundo de la existencia.

Solos no podemos nada, porque no fuimos creados para la autosuficiencia, pero con el corazón abierto a la acción sanadora del Espíritu Santo, no hay panorama que se nos resista. Él nos ayuda a salir del lodo, Él nos envía una tabla para no naufragar, Él nos indica el camino a recorrer… Y Ella, nuestra bendita Madre del Rocío, media sin descanso para que no nos pase nada.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es