Muñoz y Pabón y El Rocío

Hoy sábado, como ocurre cada semana en periodicorociero.es – Periódico Digital Rociero, ofrecemos a nuestros lectores un artículo rociero de otra época. En este caso, nuestro colaborador Antonio Díaz de la Serna, ha seleccionado uno de los años 80, concretamente el que escribió para el ABC de Sevilla, Daniel Pineda Novo, que fue publicado el 8 de junio de 1984.

Numerosos han sido los escritores y poetas que han cantado a la Blanca Paloma de Las Marismas de Almonte y a su universal romería, pero el que mejor ha sabido calar e interpretar su fe, su devoción, su sentimiento y su religiosidad ha sido el popular novelista de Hinojos y canónigo lectoral de la Catedral sevillana, don Juan Francisco Muñoz y Pabón... Sí tenía que ser él, porque era la misma encarnación del alma y del sentir de nuestra Andalucía y pintor inimitable de nuestras costumbres populares, como bien demostró en sus novelas.

Rociero desde su nacimiento: Vio la luz en ese pueblo tan cercano al santuario almonteño, Hinojos, entre pinares, olivares y dehesas, encinares y alcornoques, a caballo entres Sevilla y Huelva, a lomos del Condado de Niebla y El Aljarafe sevillano, entre la ciudad y La Marisma... tenía que ser rociero, lo llevaba en sus venas, y a cantar las glorias de la Blanca Paloma y a ensalzar su romería, dedicó sus mejores artículos publicados en “El Debate” y en la prensa sevillana.

Fruto de su inmenso amor por la Virgen del Rocío fue la coronación canónica de la venerada imagen. Suya fue la idea, y el sábado 25 de mayo de 1918, pasado ya el Rocío, publicó en “El Correo de Andalucía” el interesante artículo “La pelota está en el tejado”, donde lanzaba a los cuatro vientos la feliz idea de coronar canónicamente a la Reina de Las Marismas. Y esta feliz idea encontró la mejor acogida en el cardenal Almaraz y Santos: suya fue toda la propaganda que se hizo, consagrándose Muñoz y Pabón a esta obra con toda la intensidad de su alma, encontrando franca cooperación entre los hermanos y fieles devotos rocieros y teniendo la dicha de ver sobre las sienes de la venerada imagen la hermosa corona que labró la fe, la piedad y el amor de los hijos de estos pueblos del Condado y El Aljarafe.

Buena prueba del anhelo con que el novelista andaluz tomó el asunto de la coronación, es la interesante carta inédita, que le dirigió otro gran rociero, Manuel Siurot, su alma gemela:

“Ilustre y querido maestro: Recibí su precioso libro. (La Blanca Paloma) Gracias mil. ¿Por qué dice Ud. Esas cosas en la dedicatoria? ¡Demonio de hombre!
“El libro es... de Ud. Y muy de Ud. El que quiera saber más que vaya a Salamanca.”
“Mi Romería del Rocío está para salir. Cuando esté se la enviaré a Ud. Estoy a sus órdenes para todo.
¿Y esos Orleáns tan amigos del Rocío? Esa condesa de París, esa infanta María Luisa, ese don Carlos, ese duque de Montpensier, etc., etc., a todos los cuales yo he visto en el Rocío?
“Joselito (“El Gallo”) no podría comprender a todos los toreros de fama para que cada uno tenga una piedra en la corona?
“Mande lo que guste que siempre en servirle estaré muy contento. La abraza M. Siurot (rubricado)”


Importantes donativos mandaron para la coronación tanto la familia real española, como los Montpansier, Juan Belmonte, el nuncio de su Santidad y el cardenal Almaraz. Muñoz y Pabón, aparte de su amor, de su celo, su desinterés y sus valores espirituales, entregó una onza de oro, de veinticinco pesetas, y Manuel Siurot dedicó íntegramente, el producto de la venta de su delicioso librito ”La Romería del Rocío” (que costaba una peseta), para la coronación de la Virgen... Y miles y miles de donativos llegaron de toda España...

Para ésta importantísima efemérides, compuso Muñoz y Pabón veinticinco preciosas y populares coplas para la romería del Rocío, impresas en una hoja suelta, con un fotograbado de la Virgen, en la imprenta sevillana de los sobrinos de Izquierdo. Estas inspiradas coplas –seguidillas sevillanas, seguiriyas gitanas y un fandango final- se cantaron miles de veces en la romería de aquel año y han sido –y son- las más populares de todas las que se han escrito en honor de la Blanca Paloma... Así lo afirmó el que fuera director de “El Debate”, y después virtuoso arzobispo de Málaga, don Angel Herrera Oria, en carta fechada en Madrid, el 3 de junio de 1919, y que también ve por vez primera la luz pública: “Señor don Juan Francisco Muñoz y Pabón. Mi querido amigo: Muchas gracias por la nueva atención de que me hace objeto.
Las coplas para la romería del Rocío, inspiradísimas y muy sentidas. Han gustado mucho a algunos de los amigos andaluces, y no andaluces, a quienes he obsequiado con varios de los ejemplares que Ud. Ha tenido la bondad de remitirme.
“También le agradezco vivamente la oración que promete para el día de la coronación. “Suyo siempre affmo. y buen amigo Angel Herrera (rubricado)”


Aún más hizo Muñoz y Pabón, con todos los artículos publicados en la prensa de Sevilla y Madrid confeccionó un hermoso y apasionante librito, que tituló ”La Blanca Paloma”, aparecido el 29 de junio de 1919, con el que alcanzó el afecto y la admiración de todos los rocieros del mundo... Muñoz y Pabón amó tanto a la Virgen del Rocío que en las últimas horas de su existencia, murió bendiciendo al dulce y confortador nombre de la Blanca Paloma...

Daniel PINEDA NOVO