Periódico Digital Rociero

¡Soy cristiano, sí y qué pasa!

Le escuché en una homilía al recordado Arzobispo castrense de España, Monseñor Don Juan del Río, todavía siendo Obispo de la Diócesis de Asidonia Jerez, una frase que me impactó especialmente y no porque nunca la hubiera escuchado, sino por la fuerza con que la pronunció y por el contexto en el que acertadamente la dijo.

Un grupo de jóvenes celebraban el Sacramento de la Confirmación. Y Monseñor del Río los invitaba a no tener miedo y a hacer alarde, con el desparpajo con que se desenvuelve la juventud, de su cristianismo: “¡Soy cristiano, sí, y qué pasa!”. Hacía ésta invitación como uno de los grandes retos del aquí y ahora, incentivando la valentía que los cristianos tenemos en el corazón y que a veces no empleamos por el temor al “qué dirán, al qué pensarán de mí”.

Mi ahijado, Francisco Javier, al término de la Confirmación, me hizo un comentario de ésta frase, como si hubiera sido directa para él, y motivado a hacerla efectiva en su tarea cotidiana.

En muchos contextos se nos hace más arduo expresar nuestro sentir rociero. Decimos serlo, pero según con quien estamos; no ocultamos nuestras devociones, pero según con quien hablamos; expresamos que lo somos, pero antes nos aseguramos de que nuestros interlocutores, cuando menos, no nos van a tachar de locos, de pasados de moda o de poco vanguardistas.

Y digo yo, ¿no va siendo hora de impedirle al miedo que nos siga paralizando? ¿No ha llegado el momento de quitarnos el velo que nos cubre el rostro y decir con alegría que ser cristiano no es ningún delito, que más bien el delito es evitar que se sepa, repitiéndose en nosotros aquel momento huidizo de Pedro que terminó llorando la tercera vez que escuchó cantar el gallo?

Pues sí, desde la tribuna que me ofrece éste medio de comunicación lo digo porque me siento orgullosa de ello, porque me llena el Dios en el que creo y porque me enriquece el mensaje que su Hijo, el Pastorcito, me dejó: soy cristiana, soy Rociera y no lo siento una carga, sino un privilegio.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es