El que confía todo lo recibe




Volvemos a estar en el punto de salida de una nueva semana. Siete días tenemos otra vez por delante para llenarnos de ilusiones caminando hacia nuestro horizontes, poniendo entusiasmo en lo que hacemos para que el resultado sea fruto de la paz y la alegría, caminando sin desanimarnos, con la esperanza de alcanzar lo que deseamos al final de nuestro camino.

Una semana que nos abre puertas y ventanas por las que sale aquello que no quisimos y entran nuevas oportunidades que nos ayudan a orientar nuestros pasos.

Son días para empezarlos en oración, porque así debe empezar y terminar el día: orando.

Depositemos lo minúsculo y lo que nos parece inmenso en las manos de la Virgen del Rocío, esas manos que pueden con todo y en las que no podríamos estar mejor. Démosle permiso para que Ella ordene, reestructure, y enderece a su merced cuanto sea necesario para que Dios complete lo que pretende en nosotros.

¿Por qué amedrentarnos, si tenemos de nuestra parte a la más fiel intercesora?

¿Os acordáis de aquella frase que elevó San Bernardo ante su mirada, cuando afirmaba sencillamente, en sus conversaciones con Ella “Jamás se ha oído decir que ninguno de los que hayan acudido a tu protección implorando tu asistencia y reclamando tu socorro haya sido abandonado de ti”?

No perdamos más el tiempo, acudamos a María Santísima del Rocío con confianza plena, sin dudar, manteniéndonos firmes en la fe, porque estoy segura de que esta semana, tú, que me lees en periódicorociero.es y tanto necesitas de Ella y yo misma, que os escribo y también confieso estar de Ella necesitada, saldremos fortalecidos y triunfadores con sus atenciones.

Nada espera quien nada confía, pero el que confía, aunque sea un poco, todo lo recibe en proporción a su fe.

Paz y bien te deseo en esta semana que empezamos, un nuevo tramo que debemos andar hasta nuestro anhelado pentecostés.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es