Cuando los amigos o gente conocida me han preguntado que qué es el Rocío, yo siempre les digo que el Rocío no es una cosa que se tenga que explicar, sino que se tiene que vivir primero para que te entiendan.
Para mí es una de las preguntas más difíciles que se le pueden hacer a los rocieros, porque no sé yo si daríamos una respuesta acertada y que estuviera a la altura de la que le da sentido a todo lo que hacemos, que es la Virgen.
Por la Virgen es por la que hacemos el camino, con las incomodidades que eso tiene. Los tiempos han hecho que ahora se vaya un poquito más cómodo, pero hay cosas que no se cambian. Se sigue durmiendo en tiendas de campaña, o en camas pero muy pequeñas dentro de carriolas o carretas, en espacios pequeños que se comparten con otras personas. Se va andando al Rocío, lo más cerca posible del Simpecado, se va de muchas maneras, pero se va por la Virgen, que es la única explicación a todo esto.
A mí me gusta mucho el Rocío, al que voy desde hace casi veintinueve años, que si Dios quiere los cumpliré esta romería que viene y en ese tiempo he visto cómo se han mantenido cosas que no cambiarán por mucho que cambie todo. He hecho amigos estupendos, he hecho para que la fe no se me fuera en momentos malos, he visto tantas cosas buenas, que lo que hablen mal del Rocío me duele con toda mi alma, porque quien quiera ver el verdadero Rocío no tiene más que disponerse a vivirlo y lo encontrará.
A mí el Rocío me ha ayudado con mi familia, con mi casa, con mi trabajo y con todo.
Pero lo más bonito del Rocío es esa Reina maravillosa que nos espera y a la que le vemos la sonrisa más grande cuando nos ve aparecer por su ermita.
A Ella le pido por todos sus hijos rocieros.
María Asencio / Punta Umbría
Periódico rociero