A pesar de que cada día la editorial es nueva, este año de 2024, en el que periodicorociero.es – Periódico digital rociero, viene celebrando su 15º aniversario, he realizado una breve selección de editoriales que, en alguna ocasión, como hoy, por ejemplo, nos sirven para recordar tantos momentos que hemos vivido y los numerosos y variados temas que he tocado, siempre a la luz de la fe. Y hoy, rescato la que hace unos años titulé “A las puertas de una cumbre”, que fue publicada en el 2 de abril del año 2009. Espero que sea del agrado de nuestros lectores.
Cuando no dejamos de hablar de la crisis y de cómo está afectando a un sector mayoritario de la sociedad, yo no puedo dejar de pensar en las personas que ya sufrían la crisis mucho antes de que ésta alcanzara a otras personas. Sufrían la pobreza más cruel y las desigualdades más terroríficas, la explotación más humillante y la desesperación más dolorosa.
Al hablar de la crisis no se pueden olvidar otras realidades que siguen estando ahí. Por muy grave que sea la situación que se vive actualmente, hay situaciones peores de la que nunca llegan a salir millones de personas que mueren de hambre, inmigrantes que pierden su vida en el océano y que viajan en condiciones abominables porque son estafados con promesas de trabajo inexistente, gente que muere en guerras interminables de la manera más vil e injusta.
Hoy se celebra la cumbre de Londres, donde los mandatarios de numerosos países afrontarán el tema de la crisis para encontrar soluciones rápidas que reactiven la economía y devuelvan a los ciudadanos el trabajo y la confianza.
Yo no quiero dejar de mirar más arriba, en una cumbre a modo de calvario, donde una Cruz se alzó para mostrarnos a todo un Dios hecho hombre que dio la Vida por cada persona sin distinción de ningún tipo.
Obama ganó las elecciones en Estados Unidos, en su discurso encendió los corazones de los estadounidenses y motivó al resto de países hablando de un cambio inminente. Usó frases esperanzadoras. “Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado nuestra política.”
Pero nadie ha encendido los corazones del mundo con la misma fuerza que Jesucristo, nuestro Señor, que tuvo un mensaje claro, directo y que seguimos sin querer escuchar, porque resulta más cómodo llenar de palabrería y pocos hechos nuestro papel de cada día.
No sé qué conclusiones se derivarán de la traída y llevada cumbre, yo voy a seguir confiando en la Cruz de la cumbre del calvario, en la Madre, la Virgen del Rocío que estuvo a los pies de la Cruz y está a los pies de las cruces de cada uno de sus hijos, aunque su imagen nos estremezca el alma enseñándonos a Dios hecho Niño, para que la Cruz nos pese menos.
Que Ella, que está llena de Gracia, derrame sobre los gobernantes la Luz de Dios y las soluciones sean beneficiosas para todas las personas.
Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es