Hoy es el día mundial sin juegos de azar. Un día en el que se recuerda a todas las personas que padecen la enfermedad de la ludopatía, que tanto mal acarrea para el que la padece como para las personas de su entorno.
Esta enfermedad del juego patológico, por desgracia, no se puede curar por sí sola, necesita de ayuda profesional para sanarse completamente y, solo pueden sanarse aquellos que tienen la valentía de reconocerla.
Siempre que hablamos de enfermedades de adicción pensamos en la droga y en el alcohol, sin embargo, la adicción al sexo o al juego están a la par de las otras y, a veces, van ligadas entre sí.
Quiero tener hoy presentes, en esta editorial, a esas personas, que son capaces de lo que sea por seguir jugando, que se vuelven expertas de la mentira para tapar la gravedad de la enfermedad, que presentan síntomas como presión en el pecho, irritabilidad, comportamientos inadecuados con la familia, los amigos… Que se aíslan por completo de todos porque se sienten perseguidos o vigilados al ser conscientes de que están mintiendo, pero sin fuerzas para tomar las riendas para su curación. Son personas que van entrando en una espiral de deudas sin fin. Algunos han perdido casa, familia, amigos… A todos ellos los hago presentes en mi editorial y, sobre todo, los hago presentes en mi oración ante la Virgen del Rocío, porque la Virgen es salud y luz con letras grandes, y por eso le encomiendo a estas personas a su corazón, para que Ella les dé luz para reconocer la enfermedad, valentía para pedir ayuda y salud para que sean sanados con los medios adecuados, las mejores terapias y los mejores médicos.
En sus manos, del mismo modo, pongo a los que están en proceso de rehabilitación, a los que dieron un paso firme y adelante para ir a por todas, centrándose en la construcción de vivencias llenas de paz y de esperanza y recorriendo con todo su corazón el camino necesario para lograrlo.
También pongo en las manos de la Virgen del Rocío a sus seres queridos, para que sean el mayor apoyo que encuentren y juntos puedan salir vencedores.
Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es