Las ilusiones, los sueños, nos acompañan en el camino y nos ayudan a vivir.
Seguramente tú albergas un sueño desde antaño. Consciente o inconscientemente vas tras él, la inercia te lleva a buscarlo para conseguirlo y forma parte de ti. Tanto, que no te das cuenta, pero incluso cuando duermes no lo pierdes de vista.
Hoy has despertado y empieza a tejerse un nuevo plan para encontrar ese tesoro y estás que no vives porque las dificultades no te permiten avanzar, los obstáculos no hacen más que interponerse ante tus ojos y te sientes solo ante el mundo mientras llegas a tu meta.
Pero, ¿a dónde vas sin ayuda? Deja que la Virgen del Rocío trace el mapa por el que debes dejarte guiar.
Sigue sus ojos, ellos no van a desviarte del camino correcto. Afianza tus pasos, camina con la seguridad del que sabe que, aunque caiga, tiene a la Madre de Dios para levantarlo.
La intranquilidad, la incertidumbre, el desasosiego no tienen por qué adueñarse de tu alma. Abrir el alma es desnudarla, dejarla vacía y depositar su contenido en Alguien de total confianza. Dáselo a Ella para que te rocíe con su amor porque donde entra su Rocío entra la alegría, la sanación, las soluciones, las bendiciones de Dios, hecho Pastorcito Divino en sus manos.
Nada hay que temer ante el desafío de un nuevo día, de una nueva etapa. No la llenes de demasiados sueños, ve tras uno y deja que la Virgen te conduzca.
Feliz día.
Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es
