Me parece, el de hoy, uno de los Domingos más especiales del año, de Templos abiertos de par en par durante todo el día, de visitas a las imágenes sagradas de nuestras devociones para que podamos besar sus pies y sus manos, de pregones que se reparten por doquier anunciando la Semana Santa. Sin duda, el de hoy, es un Domingo más que especial.
Contamos justo una semana, la que nos separa de la Semana Mayor, con mayúsculas. La que no necesita adjetivos porque no se encontrarían para alabarla lo suficiente. Una semana que, en nuestra querida Andalucía, tierra de María Santísima, es una explosión de religiosidad popular, de fe por nuestras calles, de olor, de color y de sonido, de cultura y belleza, de sentimientos y emociones. Una semana decisiva para el creyente y sorpresiva para el que no cree y, aún así, viene a verla, a sentirla y a olerla, quién sabe si buscando a Dios.
El quinto domingo de la Cuaresma es un día de paseos por los centros históricos de pueblos y ciudades, donde siguen enraizadas Hermandades y Cofradías más añejas, entre piedras de Iglesias y conventos que suman siglos, y por los barrios y urbanizaciones de construcciones más vanguardistas donde se erigen las Cofradías más nuevas.
Es este un domingo para hablar de la hermosura de éste o aquel pregón, de si lloverá o lucirá el sol desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, y también para comentar lo que ya se tiene previsto para el Rocío, para el camino, para la Aldea.
Ya empieza a latir el corazón a un ritmo más “acelerado”, fruto del nerviosismo por todo lo bueno y hermoso que tenemos por delante. El alma está lista para llenarse de la ebullición de vivencias y experiencias de la fe y las tradiciones.
Hoy es el quinto domingo de cuaresma, amigos. Faltan siete días para la Semana Santa… ¡Esto es volar!
Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es
