Te doy la bienvenida, aunque todavía no nos conozcamos mucho. Hace solo un día nos presentaron con bombo y platillo. Todos los años pasa igual, ¿sabes? Nos anuncian la llegada de un año nuevo, casi siempre acabamos cansados del anterior, y esperamos nerviosos la novedad.
Te extrañará la confianza con la que te hablo tan rápidamente. Yo misma estoy extrañada, pero he caído en la cuenta de que cuando llega un año y otro y todos los que vais pasando por mi vida, siempre empiezo y termino pidiéndoos, y nunca os he dado la bienvenida. Y esta vez no quiero que pase lo mismo.
Te doy la bienvenida, a ti y a cada día que viene contigo. Te doy la bienvenida a un mundo que fue creado por amor y que las distintas civilizaciones que lo vamos ocupando manipulamos a nuestro antojo y a nuestra medida. Pero, ya ves, querido año, aquí seguimos viendo cómo pasa el tiempo y cómo os renováis llegado el momento.
No tengo la más mínima idea de lo que tienes previsto. Supongo que tú tampoco tienes idea de lo que tengo previsto yo, pero quería pedirte que nos llevemos bien. Tú irás deshojándote del calendario, y yo intentaré que ningún día haya pasado en vano. Procuraré que las líneas que ocupen cada hoja tengan palabras de amor, proyectos y acciones llenos de cariño y objetivos que puedan cumplirse.
Claro que para todo el mundo, como para mí misma, espero lo mejor: salud, trabajo, estabilidad, amor, familia, esperanza, fe, ilusión, entusiasmo, prosperidad, alegría, momentos hermosos, sueños cumplidos… Podría seguir con una lista inmensa, pero seguro que antes de tu puesta de largo ya estabas informado de los deseos por estos lares.
Bienvenido seas 2025, gracias por venir, porque desde luego es para pensárselo a veces, pero si has venido es porque mucho y bueno tienes para darnos y espero que nosotros no lo estropeemos.
No sé por qué, pero me has causado buena impresión y algo me dice que he acertado.
Te abro las puertas de par en par, para que entres con toda tu fuerza y se llenen de paz y bien cada rincón por donde pises. Que los únicos tachones que contengan las hojas sean la cuenta atrás del calendario rociero, y nunca haya que tachar cosas que no quisiéramos haber vivido. Que solo haya en tus días soluciones para los instantes de adversidad, situaciones agradables para recordar, oportunidades que podamos aprovechar y borrones de haber llorado por motivos de alegría.
Ya nos iremos conociendo a lo largo de los 365 días. De momento, te advierto que vas a tener que irte acostumbrando a estar siempre acompañado, porque los rocieros la llevamos a Ella, a la Virgen del Rocío, allí a donde vamos.
Vete acomodando, porque nos queda rato de estar juntos, si Dios quiere, y va a ser para bien. Esta vez va a ser para bien.
Bienvenido. Bienvenido seas, 2025, de todo corazón.
Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es